Hace unos años, ver titulares y noticias (más allá de los medios muy especializados) acerca de ciberseguridad – ya fueran ciberataques, incidentes, brechas de seguridad o vulnerabilidades – era una rara avis. A día de hoy esto, afortunadamente, ha evolucionado mucho. El periodismo y la ciberseguridad han cambiado su relación. Por supuesto, afecta el hecho de que han aumentado los ciberataques no sólo en número sino también en espectacularidad. Y esto, interesa.
Pero también, y creo que es lo más interesante, está aumentando la curiosidad de la sociedad por este ámbito, lo que denominamos esa deseada cultura de ciberseguridad que es tan necesaria para mejorar la prevención en materia de incidentes.
El incidente de WannaCry cambió mucho las cosas. Ese viernes 12 de mayo de 2017 está marcado en el calendario del sector de la ciberseguridad como un antes y un después en muchos sentidos. En el campo de la comunicación, el periodismo y la información sobre seguridad informática, también.
Fue un evento muy noticiable por muchos motivos, y la primera vez que muchas personas conocían la palabra ransomware. Mucho ha llovido desde entonces, ahora ya no es la excepción, sino algo habitual que los usuarios pueden ver, leer y escuchar en sus medios de referencia.
La visibilidad en los medios de estos incidentes, informes, estudios, brechas o vulnerabilidades, más allá de aportar la evidente pieza de actualidad, influye mucho más de lo que se pueda pensar a esa cultura de ciberseguridad. Aporta el tan relevante conocimiento y concienciación, porque cada pieza no solo incluye información, sino que indirectamente, aporta un granito de formación.
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